El trastorno temporomandibular o más comúnmente conocido como dolor mandibular o dolor orofacial relacionado con la musculatura y la articulación encargadas del movimiento de la mandíbula para funciones tan importantes como comer, hablar o respirar.
Los trastornos temporomandibulares (TTM), también conocidos como disfunción craneomandibular (DCM), es un término que abarca una serie de problemas clínicos que involucran la musculatura masticatoria, la ATM o ambos.
En cuanto a la prevalencia de TTM, el 75% de la población tiene al menos uno de los signos de TTM y aproximadamente el 33% de la población tiene al menos un síntoma de TTM; el 3,6-7% de la población ha buscado tratamiento para síntomas severos de TTM. Los TTM son la segunda afección músculo-esquelética más frecuente que causa dolor e incapacidad (después de dolor lumbar crónico). En cuanto al sexo, los signos aparecen por igual pero los síntomas aparecen con más frecuencia en mujeres, 3 veces mayor, y la demanda de tratamiento es 9 veces mayor en ellas.
La causa se considera actualmente multifactorial, con factores biológicos, conductuales, medioambientales, sociales, emocionales y cognitivos, que una combinación de ellos, contribuyen al desarrollo de los signos y síntomas del TTM.
El síntoma más común es el dolor facial unilateral. El dolor o disconfort se localiza en la articulación, mandíbula y músculos masticatorios, aunque puede irradiarse en el oído, la región periorbitaria y temporal y frecuentemente al cuello. El dolor se describe como sordo, constante que empeora en determinados momentos del día. El inicio del problema puede ser agudo con síntomas moderados y de duración limitada. Puede haber ataques de dolor más severo a modo de cuchillada que suele producirse con los movimientos de la mandíbula. El dolor puede estar presente a diario o de forma intermitente.
Los movimientos mandibulares suelen estar limitados o dolorosos al realizar movimientos activos como hablar, masticar o morder. Los pacientes suelen referir sensación de bloqueo de la mandíbula, con incapacidad para la apertura (más frecuente) o bloqueo al cierre. Estos síntomas suelen empeorar por la mañana, particularmente en pacientes con bruxismo. Suelen presentar desviaciones de la mandíbula hacia el lado afectado durante la apertura, asociado a chasquidos articulares
El bruxismo corresponde a una parafunción (actividad de la musculatura sin una función clara) diurna o nocturna de apriete dentario. Se ha descrito presente en un 1/3 de la población mundial y en un 20% en los sujetos de edad medía. No existe predilección por ningún sexo, disminuye con la edad y 1 de cada 5 pacientes con bruxismo tiene síntomas de dolor orofacial.
En cuanto a la causa, Las hipótesis más recientes sobre la etiología del bruxismo del sueño apoyan los roles de los sistemas nerviosos central y autónomo en la génesis de la actividad oromandibular durante el sueño.
En general, los pacientes con bruxismo presentan algunas características como: desgaste y fractura dental, tinnitus, dificultades en la apertura mandibular, luxación de la articulación temporomandibular (ATM), cefalea, odontalgia, desplazamiento discal, artralgia, y dolor muscular.